Image via Wikipedia
La llegada de Jason Kidd a Dallas ha hecho que el equipo tejano haya mejorado notablemente. Era de esperar. Las estadísticas lo dejan claro: más asistencias, menos pérdidas y la estrella, Dirk Nowitzki, promediando nada menos que siete puntos más por partido. Un lujo para los Mavericks y es que después del regalo que recibieron los Lakers en forma de pívot español las gerencias de la conferencia oeste se tuvieron que poner a funcionar. A la fuerza ahorcan.Hay que recordar que el viaje de Kidd a Dallas ha sido un viaje de ida y vuelta. Kidd fue elegido por los Mavericks en el draft de 1994 después de decidir no acabar su carrera universitaria con los Golden Bears de Berkeley. Aquella primera etapa no fue demasiado exitosa y tras su paso por los Suns ha jugado las últimas temporadas en los Nets de Nueva Jersey. A Dallas llega con la ilusión de conseguir un anillo, algo imposible ya en la costa este. Su caso no es el único de estrella veterana que busca una última oportunidad de ser campeón.
La valoración del impacto de Kidd en su nuevo equipo vendrá con las notas de fin de curso, pero parece claro que el objetivo de surtir de balones en las mejores condiciones a Nowitzki se ha cumplido con creces. Con la dirección de Kidd desde principio de temporada quizás estaríamos hablando de que el alero alemán estaría en la lucha por un nuevo galardón de MVP y los Mavericks en mejores condiciones para luchar por el anillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por dejar tu comentario en El Quinto Cuarto! :)