Artículo de Ignacio López
Yo soy de letras, pero no hay que ser muy de ciencias para darse cuenta de que la química funciona mejor este año con los Lakers que desde hace una década. No había más que ver el otro día dar saltos a Ronny Turiaf gritando Sasha, Sasha cada vez que Vujacic metía un triple. Hace un año se podía ver a Bryant echando chispas por las orejas cada vez que Walton daba un pase extra y sonaba la bocina porque era reticente a tirar. Ahora (Walton se sigue pasando un pelín a veces con lo del pase extra), le da una palmadita y lo anima con una sonrisa.
Algo ha pasado que, de repente, Kobe parece el compañero de equipo ideal cuando siempre ha tenido fama de huraño. El propio Shaq confesaba que era muy diferente del resto del equipo (más intelectual decía) y que no congeniaba mucho con los demás. Algunos especulaban que el haber pasado de los 6 a los 13 años en Italia podía ser la razón por la que parecía de otro mundo. Como digo, ahora cuando le enchufan el micrófono de espías que usan las cadenas norteamericanas, se puede escuchar a Kobe diciéndole en italiano “attenzione” a Vujacic (que es esloveno pero jugó en Italia) o incluso en serbocroata a Radmanovic o en castellano a Gasol.
En fin, que es obvio que se llevan bien y que Kobe está encantado con sus nuevos Eurolakers: el francés Turiaf, el congoleño-belga, DJ Mbenga y los tres europeos antes mencionados. No en vano Bill Russell dijo una vez que Bryant parecía un jugador extranjero. Quizá esa sea la clave del éxito de los nuevos Lakers: disfruta aprendiendo de las culturas y los idiomas de sus compañeros y confía en ellos a la hora de dejar el balón en sus manos. De Gasol, por ejemplo, ya ha dicho mil y una veces que la ventaja de jugar con él es que sabe tomar sus propias decisiones y dar la asistencia a otro jugador si no puede tirar. Su estilo europeo de juego (buen tirador de lejos, buen pasador, más finesse y menos fuerza bruta), dicen, ha sido ideal para adaptarse a la ofensiva en triángulo de Phil Jackson y la verdad es que no es normal que un jugador se adapte instantáneamente a un sistema de juego completamente nuevo (cfr. Shaq en los Suns y Kidd en los Mavericks…).
Hace poco colgué un vídeo en esta bitácora en el que aparecían Kobe, Gasol, Turiaf y Vujacic agradeciéndoles su apoyo al público angelino. Si tal vídeo tiene interés es por lo absolutamente cómodo (cosa poco común antes, como digo) que se ve Bryant entre sus eurocoleguillas. Se rumorea que en el vestuario lagunero todo son bromas e insultos graciosos, que salen a cenar juntos después de los partidos y que el ambiente no puede ser mejor. Quizá sea este el secreto del inesperado éxito de los Lakers… bueno eso y el haber fichado a un all star casi gratis… Y lo curioso del tema, ¿qué equipo, mucho antes que los Lakers, se ha distinguido por su buena química, por su ausencia de conflictos y por sus estelares base y escolta extranjeros? Sí, has acertado: los Spurs. Tienen, por tanto, en San Antonio un bueno modelo al que imitar. Veamos ahora si esa química funciona hoy en Tejas.
Entrando ya directamente al tercer partido de la serie, Kobe empieza como en el segundo partido, tirando a canasta sin pensárselo. Gasol también ha salido bien con un gancho con la izquierda, otro con la derecha, un tiro de lejos… pero le han pitado unos pasos inexistentes cuando podía haber sido la tercera falta de Duncan y eso le ha cortado el ritmo. Odom y Fisher (2 de 9 entre los dos), por el contrario, andan bajos de espíritu en la primera parte. En cuanto a los Spurs, Ginóbili tiene hoy otra expresión en la cara. Vujacic, quien ha estado haciendo un trabajo excelente en defensa, presume de conocerlo bien desde que jugaba con 17 o 18 años en Italia contra él, pero en la primera parte no ha podido con él. Parker, que mete muchos más puntos bajo el aro que muchos pívots, empieza a entrar en calor también y a entrar a canasta sin miedo, algo que no hizo en el segundo partido. Como resultado, los Spurs tienen, por ahora, el control del partido y se han ido al descanso con diez puntos de ventaja.
En el tercer cuarto Gasol ha fallado ya varias por no ir con suficiente fuerza al aro. Lleva 13 puntos y 5 rebotes. Van 12 puntos abajo. ¿Se la jugará Jackson en el último cuarto dejando a Kobe en el banquillo como suele hacer? Pues sí, confía en su joven banquillo y sale con Farmar (21 años), Vujacic (24) y Turiaf (25). Con Kobe y Gasol descansando, pierden de 17. Jackson hizo lo mismo en el último partido contra Utah y al final le salió bien. Veremos si se repite la historia. De momento, Kobe ha colado 3 triples.
Como decíamos en la anterior entrada, en casa el banquillo ayuda más. Brent Berry ha hecho buenos pases y ha metido unas canastas claves. Oberto, quien había sido nulo en defensa en los dos primeros partidos, está contribuyendo también. Pero las estrellas, que son las que cuentan, han respondido: Ginóbili se sienta con 30 puntos (5 triples en la primera parte) y Duncan con 22 pts, 22 rebotes y 5 asistencias. Parece que los Spurs han recobrado la confianza.
Gasol, por su parte, ha acabado con 15 puntos y 5 puntos en una actuación, de nuevo, discreta. La clave del partido (en mi humilde opinión): a veces Jackson juega demasiado a la lotería. Yo creo que no debería haber sentado a Kobe y a Gasol al principio del último cuarto.
publicado en El Adelantado de Segovia
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