authenticsportscollectibles.com |
Con unos últimos años en los que la final de la NBA había alcanzado niveles mínimos en cuanto al interés del espectador, lo que nos ha caído del cielo es un verdadero regalo. Hay quien opina que es un regalo… del señor Stern, que dispuesto a que el espectáculo no se le viniese abajo decidió ponerse manos a la obra, y habría ayudado “en todo lo posible” para que la final mítica volviese a producirse. Suponemos que la perspectiva de ver una final Detroit San Antonio le habría puesto los pelos de punta.
Las comparaciones con las finales de los ochenta, y antes de los sesenta, entre Boston y Los Angeles las estamos viendo y oyendo en todos los medios de comunicación de masas estadounidenses. Son más las veces que aparecen los rostros de Magic o de Bird en televisión, que las ocasiones en que lo hacen los de sus sosias del siglo XXI Bryant y… ¿Pierce, Garnett? Seguramente lo único que falta para que el espectáculo sea total es que los Celtics tuviesen un jugador capaz de discutirle a Kobe su posición como mejor, y más carismático jugador de la liga. No todo puede ser perfecto.
El comienzo de las retransmisiones televisivas de la NBA en España, hace ya más de veinte años, coincidió con esa época en la que Magic y Bird dieron nuevos bríos a la NBA. Cómo consecuencia, toda una generación de aficionados españoles se decantaron mayoritariamente por uno de esos dos equipos. A los que nos decidimos por los Celtics podemos decir que el destino nos ha jugado una mala pasada ¿Quién se hubiera imaginado entonces que veríamos de purpura y oro a un tío de Sant Boi de Llobregat? ¿A quién animaremos los célticos el jueves?
Todas esas serán cuestiones que intentaremos olvidar cuando el próximo jueves se lance el balón al aire. El tiempo dirá si esta final podrá pasar a la historia, y si es la antesala de una nueva reedición del más mítico duelo entre dos míticos equipos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por dejar tu comentario en El Quinto Cuarto! :)