Sáez pretende la unión del baloncesto español bajo un mando único. No entra en detalles y sus declaraciones quedan en una declaración de intenciones; por lo tanto no dice quién estaría al mando de ese basket uno, grande y libre pero podemos deducir que estaríamos ante un regreso al pasado con la RFEB como suma hacedora y con los clubes -que parece que no tienen ni idea de cómo llevar su negocio- de invitados de piedra. Un regreso a un pasado en el que al Madrid y al Barcelona no les tosía nadie. Un tiempo en el que las audiencias televisivas eran mucho más altas -cuando se retransmitía algún partido- porque había cadena y media de televisión. "Los beneficios serían muchísimo más altos", dice Sáez, algo que suena muy bien pero que necesita ser explicado y cuando se habla de conseguir beneficios desde una "empresa" pública nos tenemos que echar a temblar.
Las declaraciones de Sáez hay que entenderlas como respuesta a las últimas palabras de Eduardo Portela. Un derecho a réplica en forma de pataleo. Por lo menos, en la otra acera, no vemos a la ACB reclamando la unión del baloncesto español bajo un único ordeno y mando. A la ACB, por contra, la vemos defendiendo su terruño "patrio" y evitando que el baloncesto europeo pueda alguna vez plantear una alternativa más o menos seria a la NBA. Un planteamiento con el que supuestamente deberá de estar de acuerdo la federación.
¿Habría un solo club en la ACB que abogase porque la federación tomase las riendas? ¿Volveríamos aquellos planes de saneamiento del deporte profesional subvencionados con los presupuestos del Estado?¿Mantendrían las selecciones nacionales el mismo nivel alcanzado con la estructura actual? ¿Cuánto y de quién cobrarían los directivos del nuevo "ente"?
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