Kobe sigue tirándose todo lo que le llega a las manos y sus porcentajes son malos, pero es la estrella -con total merecimiento- del equipo y así están montadas las cosas en la NBA: antes hundirse "con todo el equipo" que buscar soluciones que pasen por el sacrificio de la estrella. Impensable. Los Lakers serán o no serán según lo que haga el heredero de Michael Jordan. No queda otra.
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