Los hermanos Dan y Ozzie Silna, dos hombres de negocios de Nueva Jersey, han sido -no creo que haya lugar a mucha discusión- los dos empresarios con más éxito de toda la historia de la NBA, quizás de todo el deporte profesional, a nivel mundial. El retorno obtenido a cambio de la inversión realizada o del tiempo dedicado a la empresa no pueden sino confirmar la aseveración anterior.
A principios de los setenta, los Silna decidieron comprar -el precio fue apenas un millón de dólares- los Carolina Cougars de la ABA. Seguidamente trasladaron el equipo a Saint Louis, le cambiaron el nombre por el de Spirits y ficharon como jugador franquicia a Moses Malone, que llegaba al profesionalismo recién salido de la high school.
Apenas dos años después de la compra, el descalabro económico de la ABA parecía poner punto y final al negocio de los Silna. Los problemas financieros acabaron con la fusión con la NBA en 1976, sin embargo, no todas las franquicias -quedaban seis- tenían sitio en la nueva NBA. Sólo había sitio para cuatro y Kentucky Colonels y St. Louis Spirits fueron las franquicias descartadas y debían recibir una compensación económica por su desaparición.
El dueño de los Kentucky Colonels aceptó finalmente una oferta de 3 millones de dólares. Los hermanos Silna, en cambio, arrancaron un acuerdo de 2,2 millones más una séptima parte de los ingresos televisivos de las cuatro franquicias absorbidas (San Antonio Spurs, New York Nets, Indiana Pacers y Denver Nuggets) de por vida! Evidentemente todavía faltaban unos pocos años para la explosión de la NBA y los ingresos televisivos de la época -empezaron cobrando 300.000 dólares anuales- no tenían nada que ver con los de hoy en día. En 2006 los Silna cobraron más de 15 millones de dólares.
Parte del mérito del negocio la tuvo el abogado de los Silna, Donald Schupak, al que también le tocó la lotería, ya que se lleva el 10% de lo negociado.
Se calcula que los Silna ya han recibido unos 200 millones de dólares como consecuencia de ese contrato. Es lógico, pues, que muchos calificaran aquel acuerdo como la negociación más lucrativa de la historia del deporte profesional. Ha habido varios infructuosos intentos por parte de las franquicias afectadas para lograr la rescisión del acuerdo, unos amistosos y otros por vía judicial.
Los Silna sólo tienen que esperar sentados a que les lleguen los cheques.
Más información (en inglés): seattlepi.com
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