Si bien la Final Four de la NCAA de 1985 fue disputada por primera vez por cuatro equipos uniformados por Nike (Vilanova, Georgetown, Memphis State y Saint John's), fue, sin duda, el fichaje del rookie de los Chicago Bulls el que propició el imparable ascenso de la empresa de Beaverton (Oregón) hasta el primer escalafón de las marcas deportivas de todo el mundo, donde sigue instalada en la actualidad.
El fichaje de Jordan por Nike
Michael Jordan, al finalizar su periplo universitario, quería firmar con Adidas pero la multinacional alemana tenía serios problemas en la dirección de la empresa. Adi Dassler, el fundador, había fallecido en 1978 y su mujer se había hecho cargo de la empresa, colocando a los distintos miembros de la familia al frente de las distintas divisiones.
Las negociaciones con Adidas no llegaron a ningún lado y Jordan se reunió con Converse junto a su padre y a su agente David Falk. Converse calzaba entonces —¿os acordáis de los anuncios en Gigantes?— a Magic, Bird, Dr. J y compañía y ofreció a Jordan estar al mismo nivel que estas estrellas pagándole 100.000 dólares. No fue suficiente.
O.J. Simpson representaba por aquel entonces a la marca Spot-Bilt propiedad de Hyde Athletic y recomendó vivamente el fichaje de Jordan. La reunión tuvo lugar en Washington pero en estas apareció Nike. La compañía de Oregón había presentado sus primeras pérdidas trimestrales en febrero de 1984. Necesitaban a Jordan pero este no tenía interés en reunirse con Nike. De hecho, recién terminadas las olimpiadas le dijo a Falk que se reuniese él solo con Nike y que... le consiguiese el contrato con Adidas. Como Falk no podía ir a la reunión sin Jordan llamó a los padres de este para que le presionasen.
Al final, la reunión y presentación tuvo lugar en Oregón (allí estaban Knight y Sonny Vaccaro). Nike ofreció 500.000 dólares por cinco años —una locura para la época— más opciones sobre acciones, aunque incluyó una serie de cláusulas en el contrato para salirse del mismo en el caso de que Jordan no cumpliese con las expectativas. Antes de firmar el contrato, Jordan ofreció a Adidas la oportunidad de firmar con ellos si igualaban la oferta de Nike. El resto es historia.
Las Air Jordan debutan en la NBA
Temporada 1984-85. La NBA prohibió las Air Jordan por falta de uniformidad en sus colores y decidió multar al jugador con 5.000 dólares cada vez que jugase con ellas. Nike pagó las multas y se sacó un anuncio de la manga:
Jordan ganaría el título a rookie del año, promediando 28,2 puntos por partido. A final de 1985 Nike había obtenido 100 millones de dólares en ingresos por la venta de las zapas de Michael Jordan.
La relación de Nike con Jordan 30 años después
En 2012, Jordan Brand (una división de Nike participada por el mismo Michael Jordan) vendió 2.500 millones de dólares en zapatillas, el mejor año de su historia. Las Air Jordan supusieron el 58 % de todas las zapatillas de baloncesto vendidas en Estados Unidos aquel año. Muchos de los jóvenes que se las calzaron ni siquiera habían visto jugar a Michael Jordan.
Seguro que Jordan habría podido lograr todos sus éxitos calzando cualquier otra marca deportiva, pero hay que reconocer que Nike tuvo gran parte de culpa en conseguir convertir al mejor jugador de la historia de la NBA en el fenómeno publicitario número uno que todavía es, así como en lograr que el lanzamiento de cada nueva versión de las Nike Air Jordan se convierta en todo un acontecimiento para millones de personas en todo el mundo.
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