Cuando hace cuatro días reflexionábamos sobre el lockout y nos preguntábamos dónde acabarían jugando las estrellas y las estrellitas de la NBA. T.J. Ford, otrora azote de Jose Calderón en Toronto, al parecer ha firmado con el KK Zagreb, y el desembarco continúa.
Lo que no se oye, de momento, es ningún comentario por parte de los sindicatos de jugadores europeos. Mientras los exsindicalistas de la NBA se encuentran inmersos en poner en marcha su estrategia jurídica (parece que para poner nervioso a Mr. Stern) también tienen tiempo, como decíamos arriba, para venir a Europa a ponerse en forma (hay que dudar que más de uno se vaya a dejar la piel por sus nuevos clubs) y quitarles el pan de la boca a los compis de acá.
La patronal europea no aprovecha la situación actual -ni lo hará con el tiempo que tardará en recuperarse la NBA del golpe- y a la clase trabajadora, la de los cupos, le han colado un gol por toda la escuadra, si me permitís el símil futbolero. Está visto que el único que está sacando provecho de todo el tema es el aficionado europeo; bueno, y el baloncesto universitario.
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