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Acabo de ver un emocionante final entre los Knicks y los Bobcats. Han sido los de Nueva York los que se han llevado el gato al agua. Por poco. "Han bastado" dos triplazos de Gallinari -uno desde unos ocho metros- para poner las cosas en su sitio. El italiano sigue a lo suyo (y sigue con las celebraciones, como después del mate de hace unos días).Ni siquiera Nate Robinson con una de las suyas -dio un pase en el aire que terminó en las manos del rival, cuando lo suyo era controlar el balón y de paso el partido- fue capaz de dar la vuelta a la tortilla. D'Antoni le sentó inmediatamente. Después del incidente del triple, Robinson debería tener cuidado con lo que hace. Pronto comenzarán los rumores sobre el puesto de base de los Knicks. El año pasado tuvieron a Carlos Cabezas como protagonista.
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