En 1955 los Tigres de Crispus Attucks se convirtieron en el primer equipo de baloncesto de high school formado por jugadores negros que ganaban un campeonato estatal. En aquel equipo jugaba, nada menos, Oscar Robertson; también un futuro globetrotter como Hallie Bryant.
El documental es más un relato que retrata toda una época y una sociedad que una historia de baloncesto, y el racismo es, quizás, el elemento del argumento que más llama la atención. Aquellos jugadores, por ejemplo, tenían que comer o viajar apartados de los blancos. Hoy todo aquello nos puede parecer ciencia ficción pero no está de más recordarlo.
Lamentablemente las imágenes que nos muestran aquella época —dada la fecha de la que estamos hablando— son en su gran mayoría fotografías con muy escasos vídeos.
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