La verdad es que recuerdo muy vagamente a Chris Herren, un escolta que jugó en los Boston Celtics y, desde luego, no tenía ni idea de lo que había sido su vida fuera de las canchas. En el documental Unguarded (lo podéis ver debajo en versión original con subtítulos en español) nos lo explican con detalle.
Los problemas de Chris Herren con el alcohol empezaron antes de llegar a Boston College, su alma mater. Sus problemas con las drogas, comenzaron justo entonces. Tras su primer positivo, trasladó su expediente académico y sus habilidades con el balón a Fresno (California State University). En California, nuevo positivo y nueva rehabilitación. Luego la NBA, Denver y Boston. El regreso de Chris a Boston fue el inicio del "fin".
En casa -es de Massachusetts- volvió a retomar sus múltiples adicciones, que llevaría consigo en su peregrinar baloncestístico posterior a su carrera en la NBA: Italia, Turquía, China... Finalmente, salvó su vida de milagro (llegó a estar clínicamente muerto durante unos segundos) después de una sobredosis.
Actualmente, Chris Herren se dedica a la enseñanza del baloncesto y también se encarga de su fundación The Herren Project, desde la que trabaja para ayudar a los que han caído en las garras de las drogas.
Once Brothers es un documental producido por ESPN que traerá muchos recuerdos a aquellos que se sentaban ante el televisor hace más de 20 años para disfrutar, y padecer, el juego de los plavi.
Las guerras que asolaron a la antigua Yugoslavia en la década de los noventa del siglo XX se llevaron por delante la vida de miles de personas. También rompieron en pedazos la selección de Yugoslavia, la mejor cantera del baloncesto europeo y la amistad entre Drazen Petrovic —croata— y Vlade Divac —serbio—.
No sabemos qué habría opinado ante las cámaras de este documental el genio de Sibenik si aquel fatídico accidente de tráfico en una autopista alemana no hubiese acabado con su vida. ¿Hubiesen acabado reconciliándose como otros protagonistas de esta cinta? Lo que queda claro —y no hace falta más que ver el telediario cualquier día— es que seguimos en manos de ciertos especímenes a los que no les importa muy poco que aquellas tragedias sigan repitiéndose.
Acabo de ver Linsanity en Netflix y lo primero que hago después de hacerlo es ponerme a escribir estas líneas. Busco «Jeremy Lin» en Google News y me encuentro con que Lin puede volver a Nueva York. Las segundas partes —El Padrino II— a veces son buenas.
Este documental no nos descubre nada nuevo sobre la figura del todavía base de los Houston Rocket pero está claro que la de hace dos años quedará como una de las grandes historias de la NBA —récords aparte— y uno de los grandes ejemplos de superación del deporte profesional al más alto nivel.
En 1955 los Tigres de Crispus Attucks se convirtieron en el primer equipo de baloncesto de high school formado por jugadores negros que ganaban un campeonato estatal. En aquel equipo jugaba, nada menos, Oscar Robertson; también un futuro globetrotter como Hallie Bryant.
El documental es más un relato que retrata toda una época y una sociedad que una historia de baloncesto, y el racismo es, quizás, el elemento del argumento que más llama la atención. Aquellos jugadores, por ejemplo, tenían que comer o viajar apartados de los blancos. Hoy todo aquello nos puede parecer ciencia ficción pero no está de más recordarlo.
Lamentablemente las imágenes que nos muestran aquella época —dada la fecha de la que estamos hablando— son en su gran mayoría fotografías con muy escasos vídeos.
En este documental vamos a tener la ocasión de ver a algunos jugadores recién llegados a la NBA cuando eran todavía estudiantes de high school con buenas notas en la asignatura de baloncesto. Jerryd Bayless, Michael Beasley, Donte Greene o Kevin Love ya juegan en la mejor liga del mundo y alguno más de los protagonistas de la cinta quizás les seguirán pronto: Brandon Jennings,Kyle Singler, etc.
La disculpa para el rodaje fue la celebración del Elite 24 all-star game de 2006 en Rucker Park, la mítica cancha de Harlem donde jugaron mucho, antes que ellos, Wilt Chamberlain, Kareem Abdul-Jabar, Earl Manigault, Walter Szczerbiak o Julius Erving.
En el documental, poco que nos sorprenda a estas alturas: con apenas dieciséis años estos jugadores ya eran celebridades en el mundo del deporte, a las que las firmas deportivas perseguían y los medios de comunicación trataban con más esmero que a muchos jugadores de la propia NBA.
Viendo la presión a la que son sometidos desde tan jóvenes y el modo en que se comporta alguno -Michael Beasley casi habla tanto como juega- nos preguntamos si todos ellos serán capaces de lograr mantener su evolución como jugadores y acabar triunfando como profesionales.
Me entero hoy del fallecimiento de Don Haskins. Haskins fue el entrenador de la Universidad de Texas-Western que puso en liza un quinteto formado únicamente por jugadores negros y con él se llevó el título de la NCAA del año 1966. Ostentó el cargo de entrenador jefe de esa universidad durante 38 años (1961-1999).
Vídeo de la final:
Hace un par de años se estrenó la película Glory Road, en la que se cuentan las visicitudes del equipo, en plena época del movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos.
La película, dirigida por James Gartner y basada en el libro escrito por el propio Haskins, únicamente cuenta con un rostro conocido para el gran público: el de Jon Voight. En este caso, la historia contada en la pantalla parece reflejar lo que sucedió en realidad, sin exageraciones o licencias artísticas como las que se permitieron en la, seguramente, más famosa película de baloncesto de la historia, Hoosiers.
El trailer de la película:
Cuando fue preguntado por su decisión de poner en el quinteto inicial a cinco jugadores negros, comentó que lo hizo simplemente porque eran sus cinco mejores jugadores.
Desconozco si se ha estrenado o no fuera de Estados Unidos, pero ayer vi una película sobre un entrenador de un equipo de high school con Samuel L. Jackson como protagonista. El título: new_window=true" style="height: 240px; width: 120px;">Coach Carter.
Como casi todas las películas sobre baloncesto que salen desde Estados Unidos (es decir, todas las películas sobre baloncesto que nos llegan al resto del planeta) Coach Carter está basada en una historia real.
Para no reventar la trama: un entrenador tiene que enfrentarse al problema que supone traer disciplina a un equipo de baloncesto de un instituto "conflictivo".
Muy recomendable.
Datos:
Coach Carter (2005)
Director: Thomas Carter.
Guionistas: Mark Schwahn, John Gatins.
Reparto: Samuel L. Jackson, Rick Gonzalez, Robert Richard.
En 1994, con el título original en inglés de Blue Chips, se estrenó Ganar a cualquier manera, una cinta que no tuvo demasiado éxito comercial ni de crítica pero en la que se juntaron unos cuantos nombres conocidos en el ambiente baloncestístico. El argumento gira en torno a un entrenador de baloncesto (Nick Nolte) que debe reclutar a los jugadores que formarán la columan vertebral de su equipo universitario. Para conseguirlo decidirá saltarse alguna norma por el camino.
En la nómina de "actores" aparecen: Shaquille O´Neal, Penny Hardaway, Bob Cousy, Marques Johnson, Bobby Knight, Rick Pitino, Larry Bird...
Para la preparación de su papel, Nick Nolte siguió de cerca al inefable Bobby Knight y en el partido que, en la pantalla, enfrenta a los equipos de ambos se impone el de Nolte.
Los amigos de 24 segundos han elaborado una lista bastante completa de películas de basket (nota: enlace eliminado por no tener contenido). Por supuesto que las películas dedicadas al noble deporte de la canasta son todas, quizás debería utilizar el "casi", estadounidenses. Por ello, en algunas ocasiones los que residimos en otros lugares nos hemos perdido películas consideradas como auténticos clásicos de este deporte.
En la fotografía hacemos un pequeño homenaje a una buena cinta. En España su titulo se tradujo "Los blancos no saben meterla" (al que le tocó en suerte hacer la traducción se le fue la mano). El título original en inglés era "White men can't jump" (Los blancos no pueden saltar).
Fue rodada en 1992 por Ron Shelton y sus principales protagonistas eran Wesley Snipes y Woody Harrelson, que se daban muy buena maña con el balón.
El entrenador contratado por la productora dijo que ambos actores tenían un nivel de tercera división de la NCAA. No está mal.
Uno de los entrenadores fichados para asesorar en la producción fue Bob Lanier, ex pívot de los Detroit Pistons. Harrelson le vaciló sobre sus capacidades como jugador. El ex profesional retó al actor a un uno contra uno tras el cual, Woody comentó: "Han sido los quince minutos más embarazosos de mi vida".
